La adicción a las ‘pantallas’ crece y lleva al alcohol y el cannabis

 

La adicción a las Nuevas Tecnologías (NNTT) es un “problema social real, preocupante y en crecimiento” que está derivando en el consumo de drogas como el alcohol y el cannabis entre la población joven.

Así lo denuncia el presidente de la Fundación Proyecto Hombre, Pedro Pedrero. “Son personas que tapan sus carencias con el uso abusivo de las tecnologías. Una adicción te lleva al vacío y cuando la persona conecta con ese vacío, lo tapa con el consumo de drogas como el alcohol y cannabis”, lamenta.

En la Fundación tienen abierto seis diagnósticos de jóvenes en tratamiento por adicciones a las que han llegado por el consumo abusivo de las NNTT.

Se trata de menores de no más de 16 años que ya presentan un alto nivel de deterioro personal por su adicción. “El problema de la adicción a las tecnologías es que tienen que convivir con ellas al ser una herramienta de aprendizaje, estudio y trabajo”, puntualiza Pedrero. El uso abusivo (más de tres horas al día) es un peligroso camino a la adicción a redes sociales, a los videojuegos y las apuestas online. De ahí que llamen a la responsabilidad de las familias en su uso. “Desde pequeños están en contacto con las pantallas. Es alarmante el uso abusivo que se hace”, dice el presidente de la Fundación, Rafael López-Sidro.

También están siendo tratadas tres familias, cuyos hijos demuestran síntomas adictivos a las NNTT.

“El uso abusivo de las pantallas comienza cuando la persona abandona una rutina y llega a una situación de aislamiento”, afirma Elisabeth Pérez, psicóloga del Programa de Prevención de juegos de azahar virtual y de apuestas en el ámbito educativo ‘Cubilete’, de la Asociación de Ludópatas en Rehabilitación ‘Alujer’.

 

“Jóvenes de 12 y 14 años reconocen que pasan demasiado tiempo atentos a una pantalla y que la mayor parte de su dinero lo gastan en aplicaciones móviles y videojuegos”, dice. Asegura que “se ha normalizado el uso abusivo de las tecnologías”, que la sociedad es “dependiente” de éstas y que “los padres están bajando la guardia”. Las consecuencias son el “descuido del ocio saludable”, ya que “los menores  ni comen ni duermen” por seguir ‘enganchados’.

“Jóvenes con excesiva timidez se refugiarse detrás de una pantalla. Se están dando casos de fracaso escolar por el consumo abusivo de las tecnologías”, confirma Pérez. Entre los adultos, las consecuencias llegan al ámbito laboral. “La tecnología debe ser un complemento, no el fin único de nuestras vidas. Hay que usarla para potenciar sus ventajas, no para que nos deterioren”, termina Pérez.

El horizonte se avista “preocupante” ante la “negligencia” social y de las administraciones en materia educativa.

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