Al mes de dejar los porros la memoria de los adolescentes mejora

Un estudio realizado en el Hospital General de Massachusetts (MGH, por sus siglas en inglés), Estados Unidos, ha detectado que un mes de abstinencia del consumo de cannabis resulta en una mejora que se puede medir en las funciones de la memoria importantes para el aprendizaje entre los adolescentes y jóvenes adultos que consumían cannabis regularmente. El estudio, publicado en ‘Journal of Clinical Psychiatry’, es uno de los primeros en realizar un seguimiento prospectivo a lo largo del tiempo de los cambios en la función cognitiva asociados con la interrupción del consumo de cannabis.

«Nuestros hallazgos proporcionan dos piezas de evidencia convincente –afirma el autor principal del artículo, Randi Schuster, director de Neuropsicología en el Centro de Medicina de la Adicción en el Departamento de Psiquiatría de MGH–. La primera es que los adolescentes aprenden mejor cuando no están usando cannabis. La segunda, que es la buena noticia de la historia, es que al menos algunas de las deficiencias asociadas con el consumo de cannabis no son permanentes y, de hecho, mejoran bastante rápidamente después de que se detiene el consumo de cannabis».

Los autores señalan que el consumo de cannabis entre adolescentes es común, con más del 13 por ciento de los estudiantes de secundaria y preparatoria que dicen consumir cannabis en una encuesta reciente y que las tasas de consumo diario aumentan entre los grados 8 y 12. Pero la adolescencia es un momento crítico para la maduración cerebral, específicamente para las regiones del cerebro que son más susceptibles a los efectos del cannabis.

Un estudio de 2016 del mismo equipo de investigación encontró que los consumidores de cannabis de 16 años o menos tenían dificultades para aprender nueva información, un problema que no se observó en los consumidores de 17 años o más. El estudio actual es el primero en poder determinar no solo la mejoría cognitiva sino también cuándo durante la abstinencia es detectable esta mejora, según los autores.

Para esta investigación se inscribieron 88 participantes de 16 a 25 años del área de Boston (Estados Unidos), al menos una vez por semana. Los investigadores compararon el rendimiento cognitivo semanal entre un grupo de jóvenes consumidores de cannabis que aceptaron consumirlo. Para asegurar que los dos grupos eran lo más comparables posible, se asignaron al azar de manera que se controlaran factores como las diferencias preexistentes en el aprendizaje, el estado de ánimo, la cognición y la motivación, y la frecuencia e intensidad del consumo de cannabis.

 

MEJORES CAPACIDADES PARA APRENDER DE MANERA EFICIENTE


Los participantes completaron evaluaciones regulares de su pensamiento y memoria durante el periodo de estudio. También proporcionaron pruebas de orina frecuentes para verificar la abstinencia del cannabis en aquellos pacientes que fueron asignados al azar para detener el consumo de cannabis y seguir con la exposición al cannabis. Los miembros de ambos grupos recibieron pagos de incentivo por las visitas de estudio y entre el grupo de abstinencia por adherirse a la abstinencia de cannabis.

A lo largo del periodo de estudio, los niveles del biomarcador de cannabis en la orina disminuyeron constantemente entre el grupo de abstinencia, y casi el 89 por ciento cumplió con los criterios de 30 días de abstinencia continua. En el grupo de consumo continuo, los niveles de biomarcadores se mantuvieron sin cambios.

Las pruebas cognitivas de la memoria, específicamente la capacidad de aprender y recordar información nueva, mejoraron solo entre aquellos que dejaron de consumir cannabis, y esta mejora se produjo durante la primera semana de abstinencia. Un mes de abstinencia de cannabis no se asoció con mejoras en la atención, y ningún aspecto del funcionamiento cognitivo mejoró entre quienes continuaron consumiendo cannabis.

«La capacidad de aprender o trazar un mapa, que es una faceta crítica del éxito en el aula, mejoró con el no consumo mantenido del cannabis –afirma Schuster–. Los jóvenes consumidores de cannabis que dejan de consumirlo regularmente, semanalmente o más, pueden estar mejor equipados para aprender de manera eficiente y, por tanto, mejor posicionados para el éxito académico. Podemos decir con confianza que estos hallazgos sugieren que abstenerse de consumir cannabis ayuda a los jóvenes a aprender, mientras que continuar consumiendo cannabis puede interferir en el proceso de aprendizaje».

Schuster, profesor asistente de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard (HMS, por sus siglas en inglés), agrega: «Todavía hay muchas preguntas abiertas para estudiar, incluyendo si la atención puede mejorar y la memoria continúa mejorando con periodos más largos de abstinencia de cannabis».

Y continúa: «Estas preguntas provienen de un ensayo de seguimiento más amplio que incluye participantes más jóvenes, de 13 a 19 años, y un grupo que nunca tomó cannabis para ayudar a determinar si las mejoras cognitivas producidas por la abstinencia de cannabis vuelven a niveles de rendimiento similares a los de no consumidores. Otro ensayo a punto de comenzar seguirá a jóvenes consumidores de cannabis que se abstienen durante seis meses, evaluando si la cognición continúa mejorando después de 30 días y si esas mejoras pueden afectar el rendimiento escolar».

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