Tiene varios nombres como éxtasis, cristal o MDMA, pero la sustancia es la misma: metilendioximetanfetamina
La mayoría de fabricantes mezclan el MDMA con sustancias dañinas para abaratar costes, lo que aumenta el riesgo de efectos secundarios y secuelas
Una psicóloga explica qué es el MDMA, cómo afecta a tu cerebro y cuáles son los efectos secundarios
Éxtasis, cristal y MDMA son algunos de los nombres que se utilizan para hablar de la metilendioximetanfetamina, una droga que llegó a España en la década de los 90 y que en la actualidad, tras varios años pasando desapercibida, se ha vuelto a popularizar.
El MDMA no es la droga más consumida ni mucho menos. Ese cargo lo ostenta el alcohol seguido del tabaco, los ansiolíticos, el cannabis y la cocaína. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad ha alertado de un aumento de consumo preocupante en 2021, sobre todo en personas de entre 15 y 34 años.
Concretamente 757.226 jóvenes han consumido MDMA en el último año, y 283.960 lo han hecho en el último mes, tal y como señala el último informe EDADES, que analiza los patrones de drogadicción. Más allá de los números, lo que está claro es que algo está cambiando y no es bueno: el MDMA es más fácil de conseguir y, en muchos casos, sus consumidores desconocen los efectos secundarios.
Qué es el MDMA, éxtasis o cristal
El nombre MDMA es una abreviatura de metilendioximetanfetamina, una droga de diseño que provoca un estado de euforia, agitación y sensación de claridad mental. No hay hambre ni sueño, y es normal que al principio el estado de ánimo sea de “subidón”.
Sin embargo, gran parte del MDMA que se comercializa está mezclado con otras drogas y sustancias tóxicas, lo que abarata los costes y hace que los efectos sean más impredecibles y peligrosos, a veces mortales. Dichas sustancias suelen ser:
Catinonas sintéticas, drogas más conocidas como “sales de baño”. Provocan también efectos estimulantes de euforia.
Cocaína.
Cafeína.
Anfetaminas.
Fenciclidina o polvo de ángel. Provoca síntomas disociativos, sedación, alucinaciones y delirios.
Dextrometorfano. Es uno de los ingredientes de muchos jarabes y medicamentos para la tos, y puede provocar alucinaciones, sensación de que estás “fuera de tu cuerpo” o depresión cerebral
Cómo actúa el MDMA en tu cerebro
El MDMA produce importantes cambios en tus neuronas, ya que altera los niveles de serotonina, dopamina y noradrenalina, tres de las sustancias más importantes en el cerebro.
La serotonina es la encargada de regular nuestro estado de ánimo, pero también inhibe la agresividad, la actividad sexual y la percepción del dolor. Cuando consumes MDMA, los niveles de serotonina aumentan. Por eso la persona se siente excitada sexualmente, con síntomas de euforia y tiene la piel mucho más sensible. Su consumo también está relacionado con los chills en los que se mezcla el consumo de drogas con el sexo.
La dopamina es la responsable de las adicciones. A más MDMA consumes, más dopamina se libera y tienes más ganas de volver a consumir. También se relaciona con el control de los músculos, con las alucinaciones y con los delirios.
La noradrenalina está implicada en controlar funciones vitales como la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea o la respiración. El MDMA altera estos niveles pudiendo provocar isquemia miocárdica (falta de oxígeno en el corazón), parada respiratoria, edemas pulmonares (exceso de líquido en los pulmones), hemorragias cerebrales (sangrado en el interior del cerebro).
Los efectos secundarios del MDMA
El MDMA se puede consumir en pastillas, en forma de pequeños cristales o en polvo. Sus efectos duran entre 3 y 6 horas, provocando rápidamente una sensación de euforia, que es el efecto deseado, pero también una serie de riesgos.
Por un lado, están los posibles efectos adversos a corto plazo o inmediatos. Son los que se producirán tras el consumo:
Ataques de pánico.
Sensación de inquietud.
Pérdida de apetito.
Deshidratación.
Ganas de vomitar.
Diarrea.
Sudores.
Palpitaciones.
Dolor de cabeza.
Temblores.
Dificultad para tener una erección o para lubricar.
Retraso o ausencia del orgasmo.
Dificultad para dormir.
Tensión muscular.
Por otro lado, los efectos adversos a largo plazo son:
Ansiedad.
Desmotivación y depresión.
Síntomas psicóticos.
Irritabilidad y agresividad.
Dificultad para mantener la atención e impulsividad.
Deterioros en la capacidad de concentración y en la memoria.
Bruxismo.
Insomnio.
Cansancio físico y mental.
Dependencia y abstinencia.
Sobredosis de MDMA: ¿Qué ocurre si consumo demasiado?
La dosis máxima de MDMA varía mucho de una a persona a otra, oscilando entre 60 miligramos y 290 miligramos. Influyen factores como la edad, el peso, la altura, la pureza del MDMA (si está mezclada con más sustancias) o si ha consumido otras drogas.
En caso de sobredosis, las complicaciones pueden ser confusión, síntomas psicóticos, hemorragias cerebrales, hipertensión, convulsiones, pérdida del conocimiento, rigidez muscular extrema, insuficiencia renal y hepática, accidentes cardiovasculares y hiperpirexia (temperatura corporal excesivamente alta, algo habitual en ambientes de fiesta), entre otros. De no ser tratadas a tiempo, estas complicaciones pueden provocar la muerte.
Por eso es importante acudir al servicio de urgencias del hospital más cercano si has consumido recientemente y notas cualquier efecto adverso.