La adicción a las nuevas tecnologías es un problema real en los adolescentes. Repasamos algunas estrategias para su tratamiento.
La adicción a internet aún no es un trastorno mental reconocido oficialmente. No se incluye en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), aunque su incorporación solo es cuestión de tiempo. El problema es cada día más evidente y muchos se preguntan cómo tratar las adicciones a las nuevas tecnologías en adolescentes.
En efecto, los jóvenes son el grupo más afectado cuando se habla de adicción a internet y a las nuevas tecnologías. El uso patológico de las redes sociales, los dispositivos móviles y el ordenador ha dejado de ser una excentricidad para convertirse en una problemática consolidada.
Revisamos qué dicen los especialistas sobre tratar las adicciones a las nuevas tecnologías en adolescentes y algunas reflexiones.
Opciones de tratamiento para las adicciones a las tecnologías en adolescentes
De acuerdo con los investigadores, los adolescentes pasan un promedio de 7 h 22 min interactuando con las nuevas tecnologías. Le dedican más tiempo a ellas que a dormir o que ir al colegio o al instituto, y para muchos el uso de ellas deriva en episodios de adicción. Brevemente, las adicciones son conductas patológicas, dependientes y persistentes que se prolongan a pesar de sus efectos negativos.
El DSM-5 no reconoce oficialmente el diagnóstico de “adicción”. Por el contrario, lo sustituye por la etiqueta trastornos por uso de sustancias (alcohol, cafeína, cannabis, alucinógenos, inhalantes, opioides, sedantes y ansiolíticos, estimulantes y tabaco) y adicciones conductuales (adicción al juego y trastornos de los juegos de internet). A pesar de no estar incluida, la adicción a las tecnologías es un problema reconocido por casi todos los especialistas.
Hay muchas opciones para tratar las adicciones a las nuevas tecnologías en los adolescentes. En todos los casos, el abordaje predilecto se hace por medio de ayuda psicológica. Quienes tienen acceso a seguros de salud con atención psicológica pueden beneficiarse de las terapias disponibles en la actualidad.
Aunque no existe un estándar de oro para tratar las adicciones a las nuevas tecnologías en los adolescentes, los expertos catalogan a la terapia cognitiva conductual (TCC) como la opción predilecta para ello. La terapia de estímulo de la motivación y el abordaje de los déficit de habilidades sociales también son alternativas oportunas.
Young (1999) propone ocho técnicas terapéuticas que tienen plena vigencia en la actualidad:
1. Práctica de lo contrario
Esto es, sustituir los patrones del uso de la tecnología por comportamientos o hábitos opuestos. La mayoría de los adictos a las nuevas tecnologías recurren a ellas bajo patrones específicos. Por ejemplo, utilizar el móvil inmediatamente después de levantarse o justo antes de acostarse.
Descubrir los patrones y los horarios de uso permite incluir actividades en mitad de ellos que reduzcan progresivamente la dependencia.
2. Tapones externos
Uno de los problemas asociados al uso patológico de las nuevas tecnologías por parte de los adolescentes es que estos no se percatan del tiempo transcurrido. Por tanto, pueden utilizar alertas externas que indiquen que han excedido el uso recomendado. Las alarmas son una alternativa disponible y un método muy práctico de implementar.
3. Establecimiento de objetivos
Al igual que sucede con otros tipos de adicciones, el establecimiento de objetivos realistas es imprescindible para superar el problema. Se debe diseñar un horario o un programa de uso, el cual se interrumpa por breves descansos para hacer otro tipo de actividades. En lo posible, se deben elegir actividades al aire libre o que demanden un cierto grado de interacción social.
4. Abstinencia de ciertas aplicaciones
A menudo la adicción a las nuevas tecnologías tiene una predilección por un programa o una aplicación en específica (Instagram, Facebook, TikTok y otras). Estas deben ser el foco de atención del programa, ya que son las que exacerban la conducta patológica. Se debe fomentar la abstinencia de aquellas aplicaciones que representan el eje central de la adicción.
5. Tarjetas recordatorias
Cuando se está en un espiral de adicción es muy difícil comprender sus consecuencias y los beneficios asociados de seguir el programa. Por tanto, se puede implementar la técnica de las tarjetas recordatorias.
Se escribirán cinco tarjetas que apunten los problemas de prolongar el espiral adictivo y se hará lo propio con cinco en las que se recojan sus beneficios. Estas se distribuirán en sitios estratégicos del hogar, e incluso el sujeto las puede llevar consigo.
6. Inventario personal
Un inventario personal es un recopilatorio de todas aquellas actividades que la persona ha dejado de hacer (o en su defecto podría hacer) si no fuera por la adicción. Permite poner en perspectiva el catálogo de actividades a las que se les da la espalda por dedicarle el tiempo solo a una actividad.
Se debe enfatizar en la práctica de aquellas cosas que reporten beneficios físicos y psicosociales.
7. Grupos de apoyo
Aunque no siempre es así, muchos de los adictos a las nuevas tecnología desarrollan su comportamiento patológico para compensar la falta de apoyo asocial (amigos, parejas y demás). Los grupos de apoyo permite conectar con testimonios de quienes están en la misma situación. De igual modo, testimonios de quienes lograron superarlo.
8. Terapia familiar
Por último, la terapia familiar puede ser imprescindible para terminar de abordar el problema. A través de ella, se pueden indagar las causas relacionales que motivaron el desarrollo del espiral de adicción. Puede ser útil también cuando la adicción ha perturbado de una u otra manera la dinámica familiar.
Reiteramos que no existe una sola manera de tratar las adicciones a las nuevas tecnologías en adolescentes. Si una terapia o estrategia no da resultado, siempre se pueden buscar alternativas. En todo caso, buscar ayuda profesional es el primer paso que se debe dar.