Es estudiante de Medicina en la Universidad del País Vasco de Leioa. Tiene 20 años y, como todo su entorno social de más o menos la misma edad, ha apostado varias veces en casas de apuestas deportivas. Asegura que él nunca se ha gastado más de 10 euros en ellas: “Normalmente apuesto lo que me sobra de la paga del sábado una vez que ya he cenado con mis amigos”.
La primera ocasión en la que entró en uno de estos locales apenas acababa de cumplir los 18 años, y desde entonces el plan puede surgir cualquier fin de semana con su cuadrilla. Como si se tratara de una rutina más de su ocio. La marca de esa primera casa de apuestas para Xabi Fernández (nombre ficticio), residente en Basurto, era Sportium.
Al ser preguntado por los motivos de esa primera vez, cuenta que la idea no fue suya: “Unos colegas me insistieron y me contaron que solo por jugar a la ruleta te daban bebida gratis, así que me pareció bien la idea”. Si no juegas, no te invitan. De la misma manera, existen otras comodidades; partidos de fútbol de pago que allí se emiten de forma gratuita o sillones realmente cómodos, explica Xabi.
Cabe destacar que según Newtral, las apuestas presenciales y online (en las que participa este joven) copan nada más ni nada menos que el 85,5% del sector de las apuestas deportivas en el Estado, muy por encima de las que se producen en los hipódromos y de las quinielas.
Xabi señala que no acude todos los fines de semana a salones de juego, pero admite que algunos de sus amigos más cercanos sí lo hacen: “En especial, uno de ellos va mucho, incluso lo puedes encontrar perfectamente en algún local entre semana, y jugando solo”. Esto último es esencial para acabar generando una adicción, ya que, tal y como apunta Ana Herrezuelo Orte, la psicóloga de la Asociación Alavesa de Jugadores en Rehabilitación (ASAJER), se sabe desde hace ya muchos años que el problema se inicia cuando un joven pasa de jugar en grupo a hacerlo en solitario, es decir, cuando el juego deja de ser una actividad social.
Que personas de la edad de Xabi y su amigo apuesten no es nada inusual. De hecho, algunas personas se inician en el juego sin haber alcanzado los 18 años. Así lo señala la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España, del Ministerio de Sanidad, según la cual el 13,6% de los menores apostó dinero presencialmente en el año 2016.
En cuanto a las apuestas en páginas web, no pasa desapercibido que según la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), entre el año 2012 y el 2017 la facturación del juego online en España creció un 387%. Se llegaron a superar los 13.000 millones de euros en ganancias. El estudio que da a conocer estas cifras también refleja que el sector ha crecido gracias a la captación de personas cada vez más jóvenes.
Xabi también comenta que en una ocasión vio como el primo de alguien de su cuadrilla, de tan solo 21 años, apostaba 300 euros en una sola noche. Cree que ese chico tiene un problema de adicción, y sabe que cuenta con una posición económica familiar muy acomodada: “Por necesidad seguro que no lo hace, pero su situación es un poco preocupante”.
No obstante, Eragin Bilbo denuncia que los jóvenes de clase trabajadora, precisamente por sus condiciones laborales precarias y su situación socioeconómica, son más vulnerables ante este tipo de adicción. Apuntan a que estos son la diana de las casas de apuestas. Eragin se trata de una asociación de jóvenes de Bilbao que lucha contra la precariedad laboral en aquellos espacios a los que los sindicatos no llegan; pequeños comercios donde los empleados se puedan sentir más desprotegidos a la hora de reaccionar a ciertos abusos laborales. Así lo relata Pablo Lizarraga, uno de sus portavoces.
Recuerda que desde su organización se unieron al frente de lucha contra las apuestas a raíz de la proliferación de sus establecimientos en los barrios más humildes de la capital vizcaína: “El PNV y el PSE están fomentando todo un modelo neoliberal de ciudad en Bilbao, y las casas de apuestas son solo una consecuencia más de ello, por lo que no podíamos quedarnos de brazos cruzados”, afirma Pablo. Y tanto que no lo hicieron. El pasado 28 de febrero, estos combativos veinteañeros lograron congregar a otros 1.000 centennials (miembros de la generación Z) en una manifestación que comenzó en la Plaza Zabalburu.
“El PNV y el PSE están fomentando todo un modelo neoliberal de ciudad en Bilbao, y las casas de apuestas son solo una consecuencia más de ello”, Pablo Lizarraga, portavoz de Eragin Bilbo
Lizarraga explica por qué creen que este contexto es un ataque a los jóvenes humildes: “Ellos son los principales perjudicados, porque las apuestas deportivas se ofrecen como una forma mucho más fácil de hacerte rico, más que mediante la lucha obrera y la militancia activa”. Critica que no dejan de ser un “intento de salida individual a una situación de precarización que nace del conflicto capital-trabajo”. “Solo juntos podemos acabar con este sistema”, dice sin que parezca una utopía. Tal y como apunta el activista, muchas operadoras prometen al usuario que puede aumentar su nivel de vida de forma exponencial. También ofrecen bonos de bienvenida para captar a potenciales clientes.
Al contrario, Xabi, que reconoce que de los jugadores de su entorno, “son más los que juegan de forma irresponsable”, niega que ninguno de ellos tenga problemas económicos. Pero bien es verdad que, tal y como apunta Eragin, la implantación de estos locales se hace palpable en los barrios de rentas más bajas. Por ejemplo, solo en Zabalburu hay dos casas de apuestas, un bingo y cuatro salones de juego. En Deusto hay cinco salones de juego y 12 más en Recalde, Santutxu y el Casco Viejo; cuatro en cada una de las tres zonas. Son datos actualizados de Ecuador Etxea, una organización social de inmigrantes de la CAV. En lo que se refiere exclusivamente a las casas de apuestas, según el recuento de Eragin, hay 15 en todo el ‘botxo’. En esta línea, ASAJER está de acuerdo en que la situación económica de los adictos no es casual: “Hemos apreciado que los jóvenes que hacen apuestas deportivas buscan mejorar su economía y que, en períodos sin actividad laboral, tienden a incrementar su conducta de juego”, confirma Ana.
Por otro lado, Ana también lamenta que muchas empleadas de los establecimientos también juegan: “Suelen ser mujeres, con un puesto con condiciones muy malas, y a pesar de que oficialmente no pueden jugar; nos consta que lo hacen”. La psicóloga denuncia que muchas de ellas también acaban presentando problemas de ludopatía. Desde ASAJER han tratado con ellas.
En este mismo sentido, el director técnico de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), Juan Lamas (que es psicólogo), también piensa, desde su experiencia, que las personas en situación de vulnerabilidad económica siempre pueden ser más propensas a convertirse en adictas.
De forma paralela a los efectos de la crisis del 2008, el número de pacientes en Ekintza Aluviz, la única asociación para ludópatas en Bizkaia, no ha parado de aumentar en los últimos años. Pasando de ser 150 en el año 2012 a ser alrededor de 275 en el año pasado. Así lo indica su informe anual del 2019, que también pone de manifiesto que uno de los tres grupos más comunes entre los afectados es el de jóvenes de entre 18 y 35, llegando a conformar el 44% del total de los acogidos por Aluviz.
El Observatorio Vasco del Juego indica, en su informe del 2019, que el 0,2% de la población vasca admite jugar por adicción. El porcentaje asciende al 1,3% en el caso de los menores de 35 años.
Menores en peligro
Según los datos de la DGOJ, casi el 50% de los menores que apuestan acaban convirtiéndose en ludópatas en su etapa adulta.
Juan Lamas denuncia que la publicidad es en gran parte responsable de este problema: “Es evidente que las estrategias de publicidad y marketing que utilizan los operadores online y las marcas de apuestas presenciales están muy dirigidas a personas de edad muy joven”. De hecho, desde FEJAR señalan que el inicio del juego se produce a los 14/15 años: “Es algo sintomático, ya que la ley protege a los menores de edad en este aspecto”. Algo está fallando.
Por su parte, Xabi, que durante la videollamada se ha cambiado de habitación porque no quiere que sus padres le escuchen y sepan que ha apostado, dice que muy pocas veces le han pedido ver su carnet de identidad: “Así que no descarto que algún menor haya entrado alguna vez en alguno de los locales a los que voy. De todas formas, últimamente son un poco más estrictos de lo normal”. Coincide con Lamas en que la publicidad es responsable del problema: “Es imposible ver un partido de fútbol sin ver anuncios de apuestas, ocupan el 95% de los tiempos de descanso”. Es decir, las miles de familias que se reúnen para ver deporte desde el salón de su casa no pueden evitar que sus hijos pequeños reciban esos estímulos.
Juego online en cuarentena
En tiempos de confinamiento el foco está centrado en las apuestas deportivas por Internet. Aunque la inmensa mayoría de las competiciones han cesado, siempre queda alguna oportunidad para tratar de ganar dinero. De hecho, a ella se ha aferrado algún que otro amigo de Xabi: “Conozco a un chico que casi siempre que apuesta lo hace vía online, y el otro día me dijo que estaba apostando algo con algún deporte raro que todavía se hace”. Esta situación es muy peligrosa para aquellos jóvenes con problemas de ludopatía que están encerrados en casa y tienen muy sencillo el poder apostar a través de sus dispositivos digitales. De hecho, Lamas cuenta que desde la federación están notando una
subida “exponencial” de peticiones de ayuda durante la cuarentena. Es más, aunque no haya partidos, los afectados pueden recurrir a otro tipo de juegos de azar.
Por su parte, Lamas explica que todos sus pacientes tienen “bloqueada” la entrada a todo sitio web de apuestas. Además, cuentan con un teléfono de ayuda, al que cualquier persona con problemas de adicción al juego puede llamar en cualquier momento, ya que está disponible las 24 horas.
El sector del juego online se defiende
Fuentes de JDigital, una de las principales asociaciones del juego online en España y con sede en Barcelona, responden que las apuestas son una actividad altamente regulada: “El juego está sometido a un marco legal que actúa contra el fraude, previene conductas adictivas y protege los derechos de los menores”. Asimismo, estas fuentes aseguran que debe quedar claro que cuando un menor accede a una plataforma de juego online, se está produciendo un delito de suplantación de la identidad de un mayor de edad (mediante su DNI y tarjeta de crédito), y la industria del juego, en este sentido ya sí que no puede hacer mucho para evitar el problema. Se escapa de sus manos: “Nuestra responsabilidad reside en el establecimiento de controles de acceso”. Es más, JDigital señala que el problema es el abuso que los menores de edad hacen de Internet y de las nuevas tecnologías y de la falta de control y pedagogía en este sentido: “Es importante educar para que estos chicos sean capaces de entender en qué consisten los juegos de azar y cuáles son sus posibles riesgos y consecuencias”. De esta manera, si estos menores deciden jugar cuando llegan a la edad adulta, deben tener muy claro que es fundamental mantener un comportamiento de juego responsable, concluyen estas fuentes.
“Es importante educar para que estos chicos sean capaces de entender en qué consisten los juegos de azar y cuáles son sus posibles riesgos y consecuencias”, fuentes de JDigital
JDigital agrupa en la actualidad a más del 80% de operadores de juego online en España, por lo que tiene una importante representación dentro del sector a nivel nacional e internacional.
Generación perdida
Algunos medios de comunicación han llegado a referirse a las casas de apuestas como ‘la heroína del siglo XXI’. Ana Herrezuelo no cree que esta comparación sea del todo descabellada: “Por ejemplo, en ambas situaciones, el colectivo más afectado son las personas jóvenes”. Asegura que lo más grave es precisamente este aspecto; que las dos adicciones generan mucho daño al futuro de la sociedad. Así como que se nutren del estado anímico colectivo de unas nuevas generaciones que no acaban de
visualizar un buen futuro. Entre otros motivos, por la precariedad laboral o la falta de oportunidades. Sentencia que estamos ante una nueva generación perdida: “Los afectados son jóvenes muy inteligentes, con formación universitaria, pero a la vez desmotivados, se ven perdidos y no saben hacia dónde dirigir sus vidas”. A pesar de ello, la psicóloga admite tener motivos para la esperanza: “Las apuestas han movilizado a la sociedad, y esto es algo que no había ocurrido con otras adicciones”. Tal vez se refiere a, entre otras citas, las movilizaciones que ya se han producido en distintos puntos del País Vasco en contra de este sector. Bien es cierto que existe, pues, un contrapeso nada despreciable a la ’maquinaria’; de los juegos de azar. Una juventud que ya se ha posicionado contra ella. Los movimientos vecinal y juvenil, presentes en la convocatoria de Eragin en Bilbao, ya han garantizado que no abandonarán este frente hasta lograr su objetivo: la abolición. Para ello recurren a la creación de tejidos sociales entre las distintas asociaciones de los barrios más humildes, a la reivindicación colectiva. De ahora en adelante mirarán con lupa los efectos de la inminente puesta en marcha de la conocida como ‘Ley Garzón’. Mientras tanto, incluso en cuarentena, la droga de la generación Z sigue haciendo daño.