Los niños que «comparten» a sus padres con pantallas tienen un 10 % más de problemas de hiperactividad y tienen un menor desarrollo del lenguaje
Los expertos muestran su preocupación por la adicción al móvil de niños de edad preescolar, que puede causar daños de desarrollo cognitivo, y que se habría agudizado por la especial situación de confinamiento.
Marc Massip, psicólogo y director de Desconect@, ha explicado a Efe que deben esperarse consecuencias por el hecho de que los niños, incluidos los de edades muy tempranas, se dispongan a pasar este 2020 más de seis meses sin colegio y con una exposición magnificada a las pantallas.
«La exposición a la pantalla del móvil para niños de 0 a 3 años o incluso de 3 a 6 es altamente poco recomendable. A esa edad los niños están para jugar al aire libre, mancharse, caerse, levantarse, descubrir el mundo, y no para estar ante una pantalla y adquirir un hábito que flaco favor le va a hacer en su futuro», ha apuntado.
Por su parte, Domi Diez, de la Fundación Althaia, colaboradora del instituto Sant Joan de Déu y el hospital de Manresa, ha explicado a Efe que han detectado un aumento de demandas privadas y profesionales preocupados por el abuso de pantallas de niños muy pequeños en el confinamiento.
«Todo el mundo ha hecho lo que ha podido, las familias han tenido gran sobrecarga, no se trata de culpar de todo a los padres», ha señalado la experta, quien sin embargo advierte que los niños menores de dos años no deberían tener a su alcance el móvil en ningún caso «porque su cerebro es inmaduro a nivel visual y estructural». «Su cerebro recibe demasiada información visual que es incapaz de procesar y le provoca una hiperexcitación a nivel cerebral que hace que los niños estén más irritables», ha añadido.
Pero, más allá de las afectaciones por el uso tan temprano de dispositivos móviles, la otra gran afectación negativa para el niño de edad tan temprana es «todas las actividades imprescindibles para su desarrollo que no está haciendo mientras tanto». «Antes de los dos años los niños necesitan sobre todo estar activos a nivel físico y necesitan descubrir el mundo con el gusto, el tacto, el olfato, etc», ha añadido. Y, más allá de la hiperexcitación que les provoca, también trae consigo carencias de desarrollo cognitivo y psicoafectivo, problemas visuales, miopías de inicio precoz u obesidad, ha afirmado.
En ese sentido, Diez ha destacado que desde 1997 ya la academia estadounidense de pediatría viene advirtiendo contra el uso de pantallas en menores de 2 años. Ese centro viene observando, explica Diez, cómo han ido cambiando las interacciones de padres e hijos durante años, no ya con el móvil, sino simplemente cuando la televisión está encendida durante la hora de comer. La conclusión es que el niño recibe 200 palabras menos a la hora del adulto.
El ejemplo de sus padres
Más allá, los niños que «comparten» a sus padres con pantallas tienen un 10 % más de problemas de hiperactividad y tienen un menor desarrollo del lenguaje.
En esa línea también insiste el profesor de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC Manuel Armayones, quien aconseja evitar que los adultos coman con el móvil encima de la mesa. «Los niños tan pequeños son personitas que aprenden de la interacción de los adultos a su alrededor: los modelamos, aprenden de nuestra comunicación emocional básica, mirarlos a los ojos, sonreírlos, etc», ha explicado.
Al mismo tiempo, advierte de que una infancia sin usar el móvil en absoluto «es imposible, más que la paz en el mundo». «Estos niños han nacido con la tecnología, vivirán y estudiarán y trabajarán con ella. Pero es solo una herramienta que hay que usar bien y con sentido común», ha concluido.