Un hombre que fue diagnosticado como portador del virus del sida en 2003 y, que nueve años más tarde desarrolló un cáncer, parece haberse curado de las dos enfermedades después de recibir un trasplante de médula ósea. Casi tres años después del trasplante, y un año y medio después de dejar de tomar fármacos antirretrovirales, no tiene ningún rastro detectable de VIH en el organismo. Sólo hay un precedente en la historia del sida de curación del VIH, el llamado paciente de Berlín, que también quedó libre del virus tras recibir un trasplante de médula ósea.