El número de jóvenes españoles de 15 a 24 años que no han consumido alcohol durante los últimos 12 meses ha crecido alrededor de unos seis puntos desde 2010 hasta 2016. Esta tendencia se mantiene tanto en hombres como en mujeres, según datos recogidos en el informe ‘Hojas informativas sobre consumo de alcohol, daños y respuesta política para 30 países europeos’, publicado este jueves por la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mientras que en 2010 el 51,4 por ciento y el 24,9 por ciento de las mujeres y hombres entre 15 y 19 años, respectivamente, declaraba no haber bebido en el último año, las cifras subieron hasta el 57,6 por ciento en mujeres y el 30 por ciento en hombres para 2016. Estas cifras, además, están unos cinco puntos por encima de la media europea: 52 por ciento en mujeres y 25,9 por ciento en hombres.
Los datos son prácticamente similares entre los jóvenes de 20 a 24 años. En 2016, el 39,2 por ciento de las mujeres y el 16,8 por ciento de los hombres afirmaba ser abstemio. Esto supone, con respecto a 2010, una subida de seis puntos entre ellas y de 3 puntos entre ellos. Nuevamente, España se sitúa por encima de la media de la Unión Europea: 34,3 por ciento en mujeres y 14,3 por ciento en hombres.
Además, ha bajado el consumo de alcohol per cápita en estos dos grupos de edad, aunque no de forma tan enérgica. En 2016, se sitúa en 2,7 en mujeres y 8,9 en hombres de entre 15 y 19 años, medio punto por debajo de los niveles de 2010 en ambos. En jóvenes de 20 a 24, las cifras son similares, con 4,8 en mujeres y 15,5 en hombres. En estas dos categorías de edad, por debajo de la media europea por unas décimas.
También ha disminuido desde 2010 a 2016 el número de borracheras: un total de 3 y 7 puntos en mujeres y hombres adolescentes, respectivamente; y 4 y 6 puntos en los jóvenes adultos. En los dos casos, los resultados de 2016 son unos seis puntos mejores que la cifra media a nivel europeo.
ENCUESTA ‘ESTUDES’ DEL MINISTERIO DE SANIDAD
Según los últimos datos de la encuesta ‘Estudes’ del Ministerio de Sanidad, también de 2016, el alcohol, en cualquier caso, sigue siendo la sustancia psicoactiva más habitual entre los menores de edad, ya que un 75,6 por ciento lo consumió durante el último año, frente al 76,8 por ciento que lo hacía en el informe de 2014-2015.
Se estima que alrededor de 1,16 millones de menores de 14 a 18 años bebieron alcohol en 2016, mientras que en torno a 323.000 menores se iniciaron en este consumo, 37.900 más que en 2014. Hasta uno de cada tres (34,9%) obtuvieron las bebidas alcohólicas por ellos mismos, pese a estar prohibida su venta a menores. Los lugares más frecuentes son los bares (64%), las tiendas de barrio o ‘chinos’ (63%), los supermercados (58%) o las discotecas (50%). Entre los menores que admiten beber alcohol, el 48,3 por ciento dice contar con la permisividad de sus padres para hacerlo.
En cuanto al consumo intensivo, tanto en forma de borrachera o por atracón, lo que se conoce como ‘binge drinking’, en esta encuesta del Ministerio en 2016 lo realizaron el 21 y 31 por ciento de los menores, respectivamente, durante el último mes. En suma, el consumo de alcohol estaba por encima de la media en todas las regiones salvo Galicia, Cataluña, Madrid, Canarias y Murcia.
EFECTIVIDAD DE LAS POLÍTICAS CONTRA EL ALCOHOL
Por otra parte, el informe hace un balance sobre el cumplimiento de España de las políticas recomendadas por la OMS para reducir el consumo de alcohol y prevenir sus consecuencias. Así, por ejemplo la OMS celebra las medidas españolas en controles de alcoholemia en las carreteras, pero recrimina, por ejemplo, que se puedan comprar bebidas alcohólicas en gasolineras.
Sobre publicidad de estos productos, España no cumple en la prohibición de anuncios en Internet y redes sociales, ni de promociones como la ‘hora feliz’, o la esponsorización de compañías de bebidas a eventos de carácter juvenil. Tampoco se alcanzan los estándares de la OMS en advertencias del riesgo de su consumo en el etiquetado de las bebidas, o en la información para el consumidor sobre sus calorías y aditivos.
La OMS suspende las políticas de precios y marketing de productos alcohólicos en España, donde se encuentra por debajo de la media europea. En cambio, sí aplauden la respuesta del sistema sanitario a este problema de salud pública, el liderazgo, sensibilización y compromisos en materia de consumo de alcohol, y las políticas para su restricción al volante.
EUROPA: 42% DE MUERTES EN ACCIDENTES DE TRÁFICO POR EL ALCOHOL
Más de 3 millones de personas murieron en todo el mundo como resultado del abuso de alcohol en 2016, y 1 millón de esas muertes ocurrieron en Europa. El informe revela que en los Estados miembros de la Unión Europea, Noruega y Suiza, aproximadamente el 42 por ciento de todas las muertes por accidentes de tráfico y el 23 por ciento de todas las muertes por lesiones se debieron al alcohol en 2016. Durante el mismo período, 1 de cada 5 muertes entre los jóvenes de entre 15 y 19 años estaba relacionado con el alcohol.
«Las cifras son sorprendentes y, aunque el problema es complejo, sabemos qué acciones y políticas son efectivas. Lamentablemente, todavía vemos tasas de mortalidad extremadamente altas por causas atribuibles al alcohol incluso 7 años después del plan de acción europeo y 4 años después de la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», lamenta el director de Enfermedades No Transmisibles y Promoción de la Salud a través del ciclo de vida en OMS/Europa, Bente Mikkelsen.
El plan de acción europeo describe 10 áreas de acción específicas. «Destaca la baja tasa de implementación general de las políticas de precios en todos los países. De todas las medidas de política de alcohol, la evidencia es quizás la más fuerte por el impacto de los precios del alcohol en el consumo de alcohol y los daños relacionados», señala la directora del Programa de Alcohol y Drogas Ilícitas de la Oficina Europea de Prevención y Control de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, Carina Ferreira-Borges, coordinadora de este documento.
RUSIA, «UN EJEMPLO»
La OMS destaca que Rusia es «un ejemplo» de país que ha implementado con éxito varias políticas para reducir el consumo de alcohol. Desde 2005, se ha elevado el precio de las bebidas, se ha reducido la disponibilidad de alcohol y se ha aumentado la edad mínima para beber. Para la OMS, los resultados de estas medidas han sido «impresionantes».
En 2006, el consumo de alcohol de rusos de 15 años o más fue, en promedio, de 17,1 litros de alcohol puro por persona. En 2016, la OMS estima que el nivel de consumo de alcohol se había reducido a 11,1 litros por persona. «La disminución en el consumo de alcohol que se produjo en Rusia es uno de los resultados más importantes. A largo plazo, nos gustaría que la experiencia de Rusia se extienda a otros países con desafíos similares», comenta Ferreira-Borges.