Las personas afectadas por Daño Cerebral Adquirido (DCA) pueden presentar una diversidad de secuelas que dependen de la gravedad de la lesión, la zona del cerebro afectada, la velocidad de atención, el tiempo en coma o lo temprana de la rehabilitación.
El Daño Cerebral Adquirido (DCA) es el resultado de una lesión súbita en el cerebro que produce diversas secuelas de carácter físico, psíquico y sensorial. Estas secuelas desarrollan anomalías en la percepción sensorial, alteraciones cognitivas y alteraciones del plano emocional, produciendo afecciones en la autonomía del enfermo que le acompañarán el resto de su vida.
Los ACV, conocidos como ictus son cuadros clínicos generados por la interrupción del flujo sanguíneo en una región del cerebro, lo que provoca una isquemia y una pérdida de la función de la que es responsable esa área del cerebro.
Por su parte, los traumatismos craneoencefálicos (TCE) están caracterizados por la absorción brusca de gran cantidad de energía cinética. La lesiones más frecuentes son las contusiones por golpe y contragolpe, las contusiones por el roce con las estructuras óseas de la base del cráneo y la lesión axonal difusa.
Esta última es una de las principales causas de pérdidas de consciencia y estado vegetativo tras traumatismos cerebrales. Aparece en cerca de la mitad de los casos de trauma cerebral severo y también aparece aunque con menor frecuencia en traumas moderados y suaves.
Ese conjunto de lesiones suele acompañarse al principio por la formación de edema cerebral y pérdida de conciencia o “coma”. La profundidad de ambos marca la severidad del daño cerebral.
Otras causas son las anoxias cerebrales, los tumores y las infecciones cerebrales.
Tratamiento
Los pacientes que han sufrido daño cerebral por Ictus, traumatismo craneal (TCE) o tumoral pueden presentar déficits neuromotrices cognitivos, neuropsicológicos y sensoriales que repercuten funcionalmente y que se evidencian en una alteración de la comunicación, del movimiento, el equilibrio y la marcha. La consecuencia es que conllevan la dependencia del paciente en sus actividades diarias.
Con el tratamiento se intentan prevenir las complicaciones secundarias a la lesión cerebral, preservar las estructuras y las funciones y lograr la máxima capacidad física, funcional y social del paciente.
Es vital que el diagnóstico se realice de la manera más rápida posible y comenzar a aplicar el tratamiento, que debe orientarse según los déficits y ejecutarse por parte de un equipo pluridisciplinar.
Se están aplicando nuevos avances para la recuperación del daño cerebral con resultados muy prometedores como la estimulación transcraneal magnética repetitiva que logra activar la zona de cerebro que se desea recuperar. Del mismo modo, la interacción del contexto con el paciente a través de los juegos de realidad virtual, ayudan también a su recuperación.