Nadie conocen tanto el sufrimiento que genera una enfermedad como el que la vive en primera persona o en el cuerpo de un ser querido. Es por eso que a un especialista curtido en felicitaciones como es el doctor Eulalio Valmisa, director de la unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital de Puerto Real (que se encarga de coordinar las distintas unidades de salud mental de la provincia) esta distinción supone un motivo muy especial de satisfacción.
–Enhorabuena por la distinción que le ha hecho la Federación Andaluza de Familiares y Personas con Enfermedad Mental.
–Muchas gracias. Que te reconozcan ellos, que son los auténticos expertos en el sufrimiento que provoca una enfermedad mental (nosotros sólo lo sabemos en el plano teórico) es el mejor de los premios.
–¿Sigue existiendo cierto estigma hacia el enfermo mental?
–Muchísimo. Hasta el punto de que muchas personas que sufren una enfermedad mental no acuden a consulta por miedo a qué pensarán los familiares, o los amigos, o en el trabajo. En la unidad comentamos a veces que es curioso que mucha gente que no está enferma acude al hospital (ojo, no quiere decir que no lo estén pasando mal, sólo que no tienen una patología severa) mientras que quienes necesitan ayuda, se quedan en casa.
–¿Ese estigma aumenta la gravedad de la situación del enfermo mental?
–Sin duda. Si se rompieran las barreras que encuentra el enfermo para relacionarse con amigos o para encontrar trabajo se lograrían grandes mejoras. De hecho, se está trabajando mucho en la inserción laboral como parte de la terapia.
–¿Cuántos gaditanos sufren de alguna enfermedad mental?
–No hay datos 100% fiables porque, como decíamos antes, muchas personas se quedan sin tratar. Pero si atendemos a los datos de la OMS, entre un 20% y un 25% de la población terminará pasando por una unidad de salud mental a lo largo de su vida. En cuanto a los enfermos graves, podemos estar hablando de entre un 2% y un 3% de la población.
–Siempre se ha dicho que Cádiz, por su clima y por el carácter de la gente, es un antídoto para la depresión.
–Pues lamento decirle que, a tenor de los datos que tenemos, es más una leyenda que una realidad. La incidencia de la depresión en Cádiz es ligeramente superior a la media española.
–¿Por alguna razón?
–No hay una respuesta única, pero obviamente los niveles de paro y de exclusión social son un factor determinante. En las patologías mentales puede haber cierta predisposición genética, que se ve potenciada si el entorno en el que se encuentra el individuo es más hostil.
–Habrá quien le diga que la depresión no es algo tan serio, que es sólo propio de personas débiles.
–Mucha gente lo sigue pensando, y no pueden estar más equivocados. Es un problema de primer orden que puede desembocar, en los casos más graves, en el suicidio de la persona que lo sufre. Quien está deprimido, en el fondo, está pidiendo ayuda porque no puede soportar una carga que lleva encima. El suicida no quiere quitarse la vida, sino dejar de sufrir.
–Para no abandonar del todo el tema de Cádiz, ¿es verdad eso de que el levante te trastorna?
–No hay ninguna evidencia científica de que esto sea cierto. Dicho esto, sí le diré que está en desarrollo un estudio científico para comprobar sus efectos sobre la población. Porque yo creo que algo hay, vinculado sobre todo a los cambios en la presión barométrica.
–¿Cuáles son los problemas mentales más frecuentes en la provincia?
–Actualmente (y cada vez más) la depresión y la ansiedad. Eso sí, no todas requieren tratamiento médico, sólo algunas moderadas y las graves. Luego, por supuesto, la esquizofrenia y el trastorno de personalidad.
–Doctor, ¿por qué aumentan tanto los casos de depresión?
–De nuevo, no hay una respuesta clara. Los factores socioeconómicos, como se vio durante la crisis económica, son fundamentales. Pero también que vivimos en una sociedad que es competitiva y, además, tiene una menor tolerancia a la frustración. Muchos problemas derivan del ‘cómo si’. Cómo sería mi vida si hubiera estudiado más, cómo sería si tuviera más dinero, cómo si no hubiera tomado esa decisión.
–¿Por qué de la mala fama de los fármacos para enfermedades mentales?
–En muchos casos, por prejuicios, porque se cree siempre que te anulan como persona y te alienan. Pero para determinadas patologías (como la esquizofrenia) son muy necesarios. Aunque hay que reconocer que el intento de la industria farmacéutica por extender tanto su uso entre quienes no los necesitaban ha contribuido al rechazo.