Alcohol y menores en Madrid: «Cuando iba a clase, lo hacía con resaca»

Los Centros de Atención a las Adicciones del Ayuntamiento de Madrid han atendido a 435 jóvenes en lo que va de año por alcoholismo o por comportamientos de riesgo. El aumento de usuarios se debe al incremento de recursos municipales a estos programas desde 2019.

Nada más acudir a su primera cita con Alcohólicos Anónimos, Carlos –nombre ficticio– se preguntó: «¿qué hago yo aquí?». Todos los asistentes tenían 40 , 50 años… y él apenas veinte. Pronto aprendió una lección: «Todos ellos habrían dado todo lo que tenían por estar allí a mi edad», dice. La primera vez que probó el alcohol tenía 15 años; mientras, comenzó a consumir cannabis; después, sustituyó los porros por el alcohol…¿El resultado? Era alcohólico y prácticamente estaba en edad escolar. «Estaba matriculado en el instituto. Pero si iba, lo hacía con una resaca de cojones», recuerda.

Carlos, de 20 años, acudió a uno de los siete Centros de Atención a las Adicciones (CAD) que el Ayuntamiento de Madrid posee en la capital. Un recurso que ya conocía debido a una sanción que tuvo que cumplir, siendo menor, por consumir cannabis. Se trata de uno de los pilares del Instituto de Adicciones de Madrid Salud. En eso centros, se atiende de forma «individualizada» a jóvenes que, bien han desarrollado una adicción, bien están en riesgo de desarrollarla.

 

En lo que va de 2021, han sido atendidas 435 personas menores de 25 años por alcohol: 71 por adicción y 364 en riesgo. Es importante el matiz del «alcohol»: esas 435 personas suponen el 22% de los 1.972 atendidas en los CAD para el Programa Integral de Adolescentes y Jóvenes. El juego, las pantallas y otras sustancias adictivas suponen otro de los motivos para recibir tratamiento.

Carlos lleva dos meses sin probar una gota de alcohol. En su caso, la psicóloga del CAD le está ayudando a saber cuándo consumía y, sobre todo, por qué. «Tenía la idea de que todos mis problemas son por culpa del alcohol. Dejas de beber y crees que se acaban los problemas… Pero no es así: si bebías, era para taparlos».

Los usuarios de este programa del CAD, referido al alcoholismo, han ido en aumento. En 2019 fueron 366; en 2020 –año copado por la pandemia–, algo más de 300. Ahora se ha dado un notable incremento con respecto a hace dos años: 435. En todo caso, aclaran desde el Ayuntamiento, esa subida no se debe a que, cada vez, haya más jóvenes alcohólicos o en riesgo de serlo. Desde el Área de Seguridad y Emergencias, liderada por Inmaculada Sanz, señalan que responde, «en buena medida, al incremento de los recursos de detección precoz y captación de adolescentes y jóvenes que se está llevando a cabo desde Madrid Salud». Y es que, desde 2019 el Servicio de Orientación Familiar ha ido aumentado desde las siete a las diez psicólogas (un 43% más) y los educadores han pasado de 16 a 20 (un 25 % más).

 

Así lo indica también María Pérez, jefa de servicio del Instituto de Adicciones de Madrid Salud. De hecho, la presencia de «captadores» está siendo clave a la hora de identificar a jóvenes en riesgo. «Acudimos a centros educativos, hablamos con las AMPAs… Nos enfocamos en buscar a los menores de edad», explica. Y es que, en los usuarios más jóvenes, el principal obstáculo es la «baja conciencia que tienen del problema. Consideran que beber es algo que hace todo el mundo, y que es una sustancia ampliamente consentida. Si no les explicas las consecuencias, no van a pedir ayuda», señala Pérez. Algo parecido ocurre con las familias. «Piden menos ayuda por consumo de alcohol porque están más preocupadas por la adicción a los videojuegos o a las redes sociales. Las familias deben entender que acudir a un botellón supone un riesgo. Es un trabajo que no siempre es fácil».

Este es precisamente una de las tentaciones que debe sortear el alcohólico que quiere rehabilitarse. «Si intentas dejar de consumir cocaína, no vas a ver gente consumiendo en plena calle. Pero lo que sí vas a ver, da igual dónde mires, es gente bebiendo alcohol. Vas a hacer una compra y lo ves; vas a una comida familiar y alguien se está tomando una cerveza… No tienes un grupo de amigos en el que ninguno beba y solo tome café», explica Carlos.

Por término medio, la edad en la que comienza el consumo en la ciudad de Madrid se sitúa en los 14,1 años. «Esa edad de inicio se mantiene estable. Es cierto que, cada vez, tenemos usuarios más jóvenes, pero eso significa que conseguimos que lleguen antes, lo cual es una buena noticia», indica Pérez, que señala que «el 75% de los jóvenes en riesgo que atendemos son menores».

La atención a estos jóvenes es multidisciplinar. Carlos hace referencia a la ayuda psicológica, pero no es la única que reciben. Como explica Pérez, hay también una labor de reinserción, con el objetivo de que puedan recuperar determinados hábitos, estudios… o incluso tener un trabajo. De hecho, los CAD sirven de «puente» en este sentido: bien pueden iniciar una formación reglada –Formación Profesional, cursos del INEM–, bien pueden obtener un empleo.

La gran pregunta: ¿funciona? ¿Los usuarios de los CAD logran rehabilitarse? Resulta difícil cifrar un porcentaje de éxito, teniendo en cuenta que hablamos de adicciones. Nadie puede garantizar el fin de las recaídas, y menos en jóvenes que tienen toda la vida por delante. Con todo, en lo que respecta a jóvenes en riesgo, «estamos teniendo buenos resultados, con un porcentaje de éxito por encima del 50-60%». Y en cuanto a las personas que sufren una adicción, las «altas» se producen cuando «han aprendido a vivir sin consumir, cuentan con un autocontrol, aumentan su autoestima…». Mínimo, son seis meses de tratamiento, que puede llegar como máximo hasta el año y medio. El objetivo, sobre todo, es que sea un «alta consensuada». Y en esas está Carlos: «No conozco a nadie que haya desarrollado una adicción y lo haya dejado por su cuenta. Simplemente, has de saber que tienes que dejarte ayudar», concluye.

Tres de cada cuatro menores la han aprobado

Según el informe ESTUDES 2018, el informe más completo realizado a nivel estatal sobre adicciones, el alcohol es la sustancia psicoactiva más extendida entre los estudiantes de 14 a 18 años en la ciudad de Madrid. De hecho, en la capital, tres de cada cuatro alumnos han probado el alcohol alguna vez en la vida. MIentras el 73,4% lo han hecho en el último año y algo más del 55% reconocen un consumo en los 30 días previos a la realización de la encuesta.

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